Mostrando entradas con la etiqueta Mundo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mundo. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de enero de 2016

Cartas: #1- Persona depresiva

No sé a quién escribo esto; existe la posibilidad que nadie lo lea puesto que la vida no vale la pena. 
Soy un triste, melancólico, infeliz.
La vida es demasiado difícil, y me trata demasiado mal. Estoy abatido por las adversidades de la vida, jamás me he animado a estar con la cabeza en alto puesto que estoy derrumbado. 
Soy la típica persona depresiva que no ve la alegría de la vida. Destruyo las flores, La vida en sí misma es una basura, no es color de rosa. 
En ocasiones me siento con tanta alegría, es momentáneo. Pues la mayor parte del día, estoy destrozado. 
Mi cara es de indiferencia, ya no disfruto el contacto con el ser humano. 
Mis intereses hacia las diferentes artes de la vida se han esfumado. 
Duermo como si jamás quisiera volver a despertar. 
Me apaciguo en el silencio, pues no hablo. 
Cierro los nudillos hasta formar el puño, los vuelvo abrir en señal de que todo vuelve a su curso; la depresión es excesiva. 
Ningún antidepresivo ha funcionado en mí, todos son una basura y un desperdicio de mi tiempo.
La gente dice que a veces soy una persona trastornada por la vida llena de cosas jodidas, pero no es así. Es la vida en sí misma que no toma un sentido en particular. 
No me imagino una vida llena de alegría, no existe. 
El placer por los pequeños lujos se ha esfumado, simplemente era una vil y ruin mentira creada por uno mismo. 
No existe dios ni diablo, no hay cielo ni mucho menos infierno. Yo soy mi propio dios y diablo; una lucha constante entre demonios y ángeles creados por mi imaginación. 
Escribo esto sin ninguna finalidad; será destruido con el pasar de los años, tal y como yo me iré en este momento...no hay vida después de la muerte, por eso mejor terminarla ahora. 

domingo, 28 de junio de 2015

Ave de cielo

Majestuoso
como un ave
en lo más alto
del mundo.

Como un águila
despegando las alas
patas y su alma
del suelo

Volando 
con velocidad
con gusto
con temor

Se llega tan alto, 
rápido
y se puede caer 
de la misma forma

¡Pobre ave!
no sabe lo que le espera
yendo y viniendo
volando tan alto

Sobrevuela
las nubes
parecen 
impenetrables

Se acuesta, 
como si
lo de abajo
no importará

Está en la plenitud
en lo más 
no le resulta superfluo 
bajar...

Porque desde arriba, 
se disfruta más
la vista
es innegable, exquisita

Puedes observar
con cautela
sin miramientos
sin remordimiento

Pues eres el rey de cielo
en ese momento, 
estás solo, 
pero parece que estás con todos. 

Disfrutas, 
admiras, 
las pequeñeces
porque así es el ave del cielo. 

Vía: Tumblr



domingo, 21 de junio de 2015

Quedarme sordo o no

¿Alguna vez has sentido la necesidad de dejar escuchar el mundo? De desconectarte totalmente, ya no escuchar las mismas cosas de todos los días, las voces repetitivas y las excusas inservibles. 

Escuchar la música a todo volumen, y que en cualquier momento el mundo explote podría resultar gratificante o quizás un poco exagerado. Pero usualmente llegamos a ese punto en el que estamos hartos de todo lo que surge en nuestro entorno. 

Yo he tenido ese pensamiento, si acaso tuviera que elegir que "sentido" perder, creo que sería el oír. Mas me he puesto a pensar en las consecuencias, ¿Qué me estaría perdiendo a partir de ese instante? 

Primeramente, la música; pues es algo que adoro. Imagina ya no poder escuchar una bella ópera, acudir a un teatro y apreciarla en su magnificiencia. Quedarte sin escuchar las buenas piezas clásicas de Mozart; Beethoven; Bach; Chopin; Schubert; Bocelli entre otros. Ya no se podrá ir a un concierto y apreciarlo de la misma forma, o quizás sí. Sería difícil no poder escuchar esas repercuciones por minuto uniéndose como uno solo con los instrumentos musicales. Sería como si el cerebro se apagará. 

Por otra parte, si ya eres o vas a ser madre o padre de familia, no tendrías el absoluto placer de guarda como recuerdo las primeras palabras de tu hijo, los llantos en esos días de madrugada que te hacían levantarte; que en sus primeros días de infancia te diga "Mamá" o "Papá" pero no poder escuchar esa voz tan infantil sería un desperdicio.

Y al final, es probable que en un comienzo no vas a estar tan alerta de lo que sucede a tu alrededor, podría ocurrir un accidente. Las voces; los gritos; las quejas; los llantos; el sufrimiento, todo se desvanece pero seguiría estando ahí apesar de no escucharlo. 

Sin duda, viene a mi memoria ese episodio de "Los Simpson" donde Bart se queda sordo; me resulta gracioso: 
-Homero: "Bart, pásame la Ketchup"

domingo, 10 de mayo de 2015

La mentira que vivimos

Una de las fuentes más valiosas en éste mundo somos nosotros, los humanos. Algunos  dudamos de que lo somos, pues nos medimos de una manera totalmente diferente en la cual deberíamos. 
Tristemente somos engañados por los que están más arriba de nosotros, aquellos que tienen más poder por sobre uno mismo; nos dicen mentiras, y los más débiles caemos en el juego...pero, ¿Por qué si sabemos que estamos siendo engañados seguimos la corriente? No tenemos una respuesta indicada ni mucho menos que sea sensata. 




Nuestro planeta tiene millones de años, el universo, eónes. Y aún así, los seres humanos siguen cometiendo los mismos errores, errores que no sólo perjudicaron el pasado, sino que tergiversan la imagen del presente y avivan el destrozo del futuro de las generaciones siguientes. Me decepciona que cedamos el poder a un trozo de papel de moneda (de cualquier mineral posible), el dinero quizás es el causante de nuestras desgracias, pero, ¿Quiénes son aquellos que les dan tal renombre? Nosotros, es obvio, y por tanto, es nuestra culpa. El dinero es un bien preciado pero, perjudicial que está al alcance de pocos. Puede ser la causa de las guerras que han ocurrido durante años; pero también lo están la lucha por los recursos, aquellos que hemos explotado sin remordimiento y que todo resulta tan contradictorio. 

No hemos pensado en el futuro, nos importa más el presente, y por tanto basamos el presente en el pasado de los errores flotantes, que se avivan a cada mal paso que damos.
Creemos ser personas libres cuando crecemos, cuando trabajamos y vivimos por nuestra propia cuenta, ¿Aún lo sigues creyendo? ¿Crees que eres independiente? Técnicamente sí, pero en realidad no. La sociedad depende de nosotros y viceversa; nos preocupamos por el futuro de nuestros hijos y luchamos incanzablemente por ello, para que ellos vivan una vida mejor que nosotros; resulta casi imposible, pues las cosas están demasiado destruidas, no estamos viviendo de una manera precisa y consistente en la que aprendamos a vivir con solidaridad con aquellos países que creemos enemigos y que los mismos opinan que nosotros somos sus enemigos por los errores del pasado. 

Hemos construido todo lo que ves a tu alrededor, grandes ciudades, puentes largos, edificios que casi tocan lo más alto del cielo en tan poco tiempo. Todo resulta contraproducente, plantamos millones de árboles pero seguimos contaminando de manera conciente...nuestros alimentos lo pueden estar, el agua; el mundo podría terminar hoy, mañana o eventualmente por la culpa de la humanidad. Extinguimos a miles de especies a lo largo de los años. 
Aún así, el ser humano sobrevive a las enfermedades que nos matan cada día; cáncer, SIDA, gérmenes, todo resulta de ciencia ficción, pero es una realidad. 
Pensamos que somos mejores que los animales, pero quizás no somos tan diferentes, justificamos nuestras acciones por sobre la de los mismos. No somos el centro del universo, no nos preocupamos por las pequeñas cosas que tienen el potencial de ser enormes y por tanto, no aprendemos nada de las mismas. 

La gran ventaja de vivir en ésta era, en el siglo XXI es que tenemos la tecnología para ayudar a reparar ciertos errores y no cometerlos en el futuro, aunque no nos veamos físicamente a través de nuestras computadoras, el poder del internet es relevante, los cambios se pueden llevar a cabo si trabajamos juntos, como los seres humanos que somos las cosas se complementarán de una manera fortalecida. 

"Esto no es acerca de salvar el planeta. El planeta seguirá aquí estemos o no. La tierra ha estado aquí por billones de años. Cada uno de nosotros tendrá la suerte de durar 80 años. Somos un destello en el tiempo, pero nuestro impacto, es para siempre." -Spencer Cathcart

Les dejo el vídeo con el que logré inspirarme para escribir ésta pequeña entrada: