domingo, 25 de mayo de 2014

Días de ira

¿Qué haces lector cuando pasas por un momento de tensión, ira o rabia? ¿Qué tanta sabiduría o ignorancia denotas cuando eso pasa?
Vaya, como siempre menciono, las respuestas podrán ser sumamente variables dependiendo de la persona a quien se le planteen.
     Tuve una semana bastante agitada y ni mencionar que estuvo dura. Por lo cual se me plantearon éstas preguntas al principio. 


 Sin hacer excepción, cada uno de nosotros hemos sentido o vivido tensión, ira o rabia, pero ¿Estaremos en lo correcto al querer actuar cuando hacemos posesión de ella? Obviamente, no, pues al lanzarnos al ataque estando en esa situación llegamos a cometer "errores", que, a las milésimas de segundos después de haberlo hecho podemos arrepentirnos y ya no habrá vuelta atrás. 
     Eso fue lo que me sucedió ésta semana, claramente está que no haré mención total de lo sucedido, pero sólo les diré que, efectivamente, sentí una ira y rabia total, sin mencionar la impotencia en mi ser. Pero, ¿Habré demostrado al sentir todo eso que todo lo que he escrito, dicho y mencionado a ustedes lo aplico a mi vida? En ocasiones no lo hago, y, lo sé suena bastante irónico que no logre realizar eso en mi vida; no creo en la mala suerte, pero, pareciera como si estuviera tocando mi existencia sin el más mínimo remordimiento. 
Dicho ésto, al estar viviendo en tu persona una situación de ésta índole, en momentos cruciales no denotamos sabiduría, quizás porque sean de vida o muerte; refiriéndome a los resultados si no se actúa pronto. 
La ira, no sólo alimentará a la persona a quien se le va transmitir sino, al contrario, sería un efecto de repeler hacia nuestro ser. 
A veces es mejor ignorar a las personas que provocan ira hacia nosotros, debido a que ellos se matan solos y si dejamos que se transmita a nosotros sería y terminaría en catástrofe ya que todo comenzaría a pasar rápidamente a nuestra vista. 

"La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte." -Séneca   

sábado, 17 de mayo de 2014

Listo para el final

Se dice que el estar vivo no es sinónimo de estar viviendo. A pesar de que una persona se encuentre prevaleciente, no significa que haya hecho lo suficiente para estar "listo". Creemos automáticamente que el tener bastantes años nos hace conocedores de todo y que con ese simple hecho de haber llegado a ese punto nos da la libertad y el alivio de no usufructuar a la pureza del miedo hacia la muerte misma. 


"Lo único que nos da miedo cuando nos asomamos a la muerte o a la oscuridad, es lo desconocido."- Albus Dumbledore

Me atrevo a decir con cautela que no le temo en absoluto a la muerte, pues, es un "círculo vicioso", desde que uno nace y a través de cada mirada que damos a nuestro entorno, particularmente discernimos como terminará todo; nadie está exento de ello.
Personalmente, no defino el miedo como una cosa a la cual se le debe reprimir cuidado, sino, una cosa de la cual dudamos, y no estamos seguros a lo que nos dirigimos o las consecuencias que acarrea tal cosa.
     Pero, suele ser asombroso que cuando nos acercamos al óbito de nuestras vidas, todo a nuestro alrededor tiende a ir demasiado lento, comenzamos a apreciar más las cosas, verlas con claridad, al ir con lentitud se nos da el lujo de la apreciación de la belleza, pues, nada en absoluto que viene a parar en esta dimensión llamado "universo" terminará siendo eterno.

"De hecho, tu incapacidad para comprender que hay cosas mucho peores que la muerte siempre ha sido tu mayor debilidad."- Albus Dumbledore

Es axiomático el hecho de que, como ya dije anteriormente en otra publicación que somos seres capaces de aprender por nuestra propia cuenta, claro está, que algunos tardarán mucho más tiempo en darse cuenta de esa gran capacidad.
     Como ya dije, no le temo a la muerte, es más, creo que a nada. Bueno, me preocupa la peripecia de mi partida, refiriéndome a que, tal vez, al morir no haya dejado algo de mí, o mejor dicho, el no haber vivido lo suficiente como saber casi todo en éste cosmos. 
Me siento vacilante, no quiero morir aún pero no le tengo pavor a la muerte. La mayoría del tiempo tiendo a ser escéptico. 

El imaginar es una fuerza grandiosa, pero, en ocasiones eso no sirve de nada a comparación de hallarse sumido en la desesperación.

Quizás no importa que seas tan viejo y te llegue la barba a las rodillas, comenzar a perder cabello, no poder ver con claridad mediante los ojos, caminar renco y demás dificultades para reconocer que nuestra fecha de expedición está demasiado cerca, posiblemente a unos segundos. Yo creo que, para reconocer ello es más necesario e indispensable adquirir el conocimiento, pues, cuando se sabe no se teme; tiene sus excepciones, es efímero. 
Si observan con mucha atención a cada lado de este globo terráqueo podrás notar que no todos llegan a saber todo. Lo que intento decir es que, aquellos que destacan por sobre los demás, sean personas con una amplia filosofía de vida, creada por ellos mismos; para eso se tiene que ser paciente. 
Por ahora, a mis 16 años, me puedo estimar como una mente organizada-a medias. No he tenido el absoluto placer de conocer las cosas que se ocultan; con el tiempo, llegaré a reconocerlas. Por el momento soy un simple niño con el potencial de seguir siendo el mismo párvulo pero con la diferencia del cambio radical de una mente organizada y segura, y adentrarme a lo que no le tengo miedo sino una duda, que al final se resolverá por sí sola, gracias a cada uno de vosotros. 

"Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura."- Albus Dumbledore

sábado, 10 de mayo de 2014

Una madre incomparable


Puedo llegar a considerarme una de las personas más afortunadas que pueden y pudieron haber existido en el universo. Para ello hay dos seres presentes en mi día a día que jamás me han abandonado en aquellos momentos en que he cometido gravísimos errores; a pesar de mi actitud prepotente hacia esas dos personas que, usualmente o la mayoría de las veces hice enojar pero que, en este preciso instante te pones a recordar con ellos todas las tonterías que cometiste, llegan a convertirse en grandes sonrisas y, en ocasiones en lágrimas, pero, no de tristeza, al contrario, son de felicidad; se dan cuenta que al pasar los años has cambiado completamente, eres el mismo de siempre pero con otros pensares y otras metas, que son ambiciones para bien tuyo.

     Quiero contarles, que a pesar que me considere a mi persona como alguien afortunado, a lo largo de mis 16 años, he tenido que pasar por demasiadas cosas, quizás terribles y tristes, pero al final son cosas, simples. 
     He luchado a contracorriente durante ese transcurso de años, claro, no me quejo de ello, porque si lo hiciera, no estaría en el lugar que estoy ahora y no sería la persona en que he logrado exitosamente en convertirme. En ese proceso influyeron, repito, influyeron estos dos seres, a los cuales aprecio totalmente y creo que no podría pagarles ni con todo el dinero del mundo todo lo que han hecho por mí. 

     Con ellas he aprendido a ser fuerte, y por supuesto, estoico. A cada paso que di y fallé en intentos con exasperación están y estuvieron; nunca abandonan. 

     Entre ellas y otras más personas que he conocido en mi vida, me inspiran en todo lo que hago o estaré por hacer en un futuro no muy lejano, tal y como estoy plasmando éstas letras de grafito en el cuaderno y posteriormente en el blog. 
     Las veo como dos humanos inigualables, son perfectos con sus imperfecciones, salen adelante y hacen lo mejor para mí, aseguran mi futuro como aquel banquero que guarda y sella todo su dinero en una bóveda. Son personas que tal vez cometieron errores en el pasado, te cuenta todo su suceso hasta lo que son ahora, lloran contigo en los momentos más agobiantes; algo es seguro, no son para toda la vida, pues te dicen que tú lograrás más que ellas, tienes un potencial enorme, y que tú antiguo ser no defina tus logros, ni guíe tu camino, al verlos llorar te da impotencia pues sabes el por qué. Ellas, queridos lectores, son mi Madre y Abuela; seres con las más puras imperfecciones pero con ánimo de perfección.  




sábado, 3 de mayo de 2014

¿Cautela para la sinceridad?


¿Las personas le tienen miedo a la verdad o simplemente no la creen necesaria? Quizás mis dos suposiciones no sean las únicas "parábolas" ni mucho menos las correctas. Relaciono la verdad con la honestidad, van ligadas.

En mi experiencia he conocido muy pocas personas honestas, pues, son escasas; son de gran valor. Cuando se encuentra a un individuo que es íntegro, nos damos cuenta que el porcentaje de las mentiras comienza a disminuir, que con esa única persona se hace una gran y total diferencia; en un paraje nos da esperanza. 


Cabe mencionar que para "conocer" a alguien honesto, se debe empezar primero con uno mismo, siendo francos con nosotros, de esa manera al decir la verdad, sea cual sea, nos abre las puertas a la honestidad en sí misma. Inconsciente o conscientemente haremos que ello liberé por lo menos una pizca de franqueza. 
Al momento en que somos honestos, liberamos lo que pensamos y sentimos, algo indispensable. 

Todos guardamos secretos, sea malo o en cuyo caso bueno; ésto se debe a que nuestro pensamiento es diferente y para lo que uno es considerado "bueno" es "malo" y viceversa. 

Considero ampliamente que es mejor que se nos hable con la más pura y "cruda" verdad, estamos en el 2014, a lo largo de los años se nos ocultan demasiadas cosas, no podría escribirlo en una cifra numérica, pues, son muchísimas, el problema no es de las personas quienes ocultan la verdad, en parte no todo, sino, también es culpa de aquellos que no saben distinguir la verdad por sobre el "entretenimiento."
     Prefiero una cruda verdad y saber lo que es necesario y sensato a saber, a vivir una vida llena de mentiras. Claro que, en ocasiones no se debe "soltar" la sinceridad tan drásticamente.
Si ponemos a la humanidad, al gobierno, y todo lo existente en el universo, quisiéramos analizarlos, notáramos que cada una de esas cosas tiene una grieta (mentira), en ese momento pensaríamos que no es necesario revelarlo, pues en un principio tememos por lo que vaya a ocurrir, las consecuencias pueden ser devastadoras. 


"La verdad. Es una cosa terrible y hermosa, y por lo tanto debe ser tratada con gran cuidado."- Albus Dumbledore